L.M.

¡Ay! Que decírlo así, parece al boleo. A usté lo veo, a usté lo leo y jadeo. Me mareo del pegajozo gozo que siento al oír las estrofas de sus músicas mágicas.


Si de relatos se trata, los hay inconexos, perversos tal versos filosos. Con otros activa la risa al extremo; y me quedo corta al querer graficar, que ese ser tan grosso que emana ternura cual oso amoroso, destrezas por kilo tiene pa traer.

Aunque cueste un poco poderlo creer, alguien así existe. Dejenmé que diga, echen un vistazo, echen una oída, no pueden perderse a don Leo Maslíah.

Y como a oídos sordos palabras mudas; aunque pocos lo sepan quiero denunciar; que aquí en Montevideo hice peripecias de todos los tipos; recorrí sucuchos y tiendas fifí, buscando algún libro de su autoría.

Pero no hubo caso pues no conseguí, siquiera unito de sus bellos textos, con las ganas locas me he de quedar, hasta que a algún mister de esos culturosos, le caiga la ficha, pues es un delito que no haya tessstos de don Leo aquí.

Justo en estas tierras, aquí donde él nació, hasta verguenza me dió ver que Buenos Aires, está al tanto del talento y que Uruguay, sigue lento hasta pa' eso de mostrarle al mundo lo mejor que tiene.

Es así que luego de tanto resongo, me agarro al porongo y disfruto unos mates, sin dejar de lado la escencia del post.

Te lo digo a vos, a ella, a ustedes. No olviden junar lo que este hombre crea, pues estoy segura me agradecerán el ser insistente al hablar de Don Leo.

¡Uff! otra vez babeo de sólo pensar, que uno de ustedes acepte pispear, el URL que voy a dejar: www.leomasliah.com